No me gustaría dejar de hablar de la labor del bibliotecario
mentor o instructor. Un club de lectura es
un buen ejemplo de ello. Siempre
antes de iniciar una sesión en nuestra biblioteca en Campo Real conocemos al
autor que se esconde tras cada libro. Sus motivaciones, sus preocupaciones, sus
sueños, el contexto histórico que condiciono sus escritos. Esto es muy
importante, porque si cuando leímos Cumbres borrascosas, no conocemos la vida
de Emily Brönte, la Inglaterra victoriana con sus usos y costumbres, la
tuberculosis: enfermedad de la época, que se llevo consigo a varios de sus
hermanos. Si no hubiésemos sabido que todos fueron enterrados en un pequeño
cementerio anexo a su casa y visto fotos de los páramos circundantes, tal vez,
no hubiésemos entendido porque creo una historia tan oscura y romántica.
Si no hubiésemos estudiado a Dickens, no hubiésemos sabido
porque el Londres con condiciones de extrema pobreza y la proliferación del
trabajo infantil en plena revolución industrial le trajeron un trabajo cuando
era niño pegando etiquetas de betún, hecho que condiciono igualmente su obra.
El introducir en estas cosas crea una motivación extra que condicionará esas ganas de leer el libro que se les va a entregar aposteriori.
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